Julio de 2013
¿Qué tienen que ver el Ajedrez, las
finanzas y los terremotos con doblar una hoja de papel?
Trataremos de establecer una relación
entre estas cuestiones aparentemente distantes entre sí.
La
comprensión de ciertos procesos nos ayuda a pensar y a entender algunos
comportamientos generales. Muchas veces la matemática nos brinda una
herramienta eficaz para esta comprensión y nos ayuda a desarrollar un sano espíritu
crítico.
Es
común escuchar que tal o cual cosa (en general una desgracia) crece en forman
exponencial: “el precio del pan crece exponencialmente”, “tal epidemia está
creciendo a escala exponencial”, “la deuda externa crecía en forma exponencial”,
“tal candidato está creciendo en las preferencias electorales en forma exponencial”…
Bueno, a veces exageran…La cuestión es saber cuándo.
El crecimiento exponencial aparece en
varios modelos matemáticos para estudiar cuestiones tan variadas como,
ü Crecimiento poblacional.
ü Propagación de enfermedades.
ü Intereses de una deuda.
ü Energía atómica.
ü Datación de restos fósiles.
ü Autenticidad de obras de arte.
entre muchas otras.
Pero el objetivo de esta columna no
es extenderme en las aplicaciones del crecimiento exponencial, sino en que el
oyente se haga una idea de qué se quiere decir cuando se dice que algo crece
exponencialmente y juzgar así si están exagerando o se habla con propiedad.
Para ello voy a empezar con un
experimento que será imaginario para que todos lo podamos hacer, ya sea que
estemos en la cama, en el colectivo o estudiando para un final.
Tomemos una hoja rectangular de
papel. No importa el tamaño: puede ser una de carpeta, una del diario o de una
publicidad que nos hayan dado. Imaginemos que es una A4 para fijar ideas. Podemos
decir que el grosor de la hoja es de una décima de milímetro. En ese grosor
vamos a poner la atención. Hasta aquí no hicimos nada. Ahora doblamos la hoja
por la mitad. El grosor por lo tanto se duplica: dos décimas de milímetro.
Volvemos a doblar la hoja. El grosor se vuelve a duplicar. Es decir mide 4
décima de milímetro. Una vez más y otra y otra… ¿Se hace difícil, no? Dije que
era imaginario. Supongamos que pudiéramos doblar la hoja 50 veces (no lo
intenten porque es imposible). En cada doblez, el grosor se duplica. Crece
exponencialmente (un matemático agregaría en base 2 por eso de que se duplica
cada vez). Después de 50 dobleces… ¿cuál es el grosor? Usemos la intuición. Les
doy algunas opciones para que no tengan que hacer la cuenta. Es grueso como
·
Un libro gordo. Un guía de
teléfonos por ejemplo.
·
La altura de Analía que mide 1,60 metros
·
La altura de este estudio de
radio, que tendrá unos 3 metros.
·
La altura del obelisco (67
metros)
·
La distancia de la Tierra a la
Luna.
·
La distancia de la Tierra al
Sol.
Si se hace la cuenta (y el oyente la
puede hacer para convencerse si lo desea, hay que hacer 2^50 (2 elevado a la 50) por 0,1 milímetros) obtenemos
un resultado que sorprende al más entrenado en estos cálculos: La cuenta de un poco
más de 100 millones de kilómetros. La distancia de la Tierra a la Luna es de
unos 400 mil kilómetros. La de la Tierra al Sol es de aproximadamente 150
millones de kilómetros. Es decir que con un doblez, más, volvemos a duplicar,
superamos con creces esa distancia de la Tierra al Sol.
Este experimento nos ilumina sobre
que el crecimiento exponencial es enorme y difícil de dimensionar
intuitivamente.
Esto de no poder dimensionar bien es
lo que le pasó a un legendario rey de la India ante el inventor del juego del
ajedrez. En su caso no supo dimensionar el alcance de sus promesas. La historia,
en forma resumida, es la siguiente:
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, tanto
que la historia no da cuenta de ello, el rey Iadava era señor de la provincia
de Taligana en la India y fue uno de los más sabios y generosos que haya
existido. La guerra golpeó en sus fronteras cuando un brutal invasor intentó
invadir su territorio. El rey Iadava poseía un talento militar no frecuente y
con un pequeño ejército elaboró un plan de batalla tan hábil y tan bien
ejecutado que logró vencer al invasor. Sin embargo, entre los jóvenes caídos en
el campo de batalla se encontraba su hijo y gran visir, el príncipe Adjamir que
había defendido con patriotismo, en lo más encendido del combate, la
posición que le había dado la victoria a
su padre.
El rey Iadava prohibió toda celebración
y fue invadido por una gran amargura y tristeza que comenzaron a repercutir en
la buena gestión del reino, ya que cada vez con menos frecuencia se ocupada de
los asuntos de su pueblo. El rey reconstruía en su mente y en un pizarrón
improvisado en la arena, una y otra vez las peripecias y circunstancias en las
que Adjamir había muerto, preguntándose si podría haberlo evitado.
Venido desde los confines del reino,
un joven brahmán le solicitó una mañana audiencia al rey. No era la primera vez
que lo intentaba pero el rey se negaba siempre a recibirlo. Pero esta vez
accedió al pedido del brahmán. Sessa, que así se llamaba el joven, le traía de
regalo un juego que había inventado con el objeto de distraer y entretener al
monarca y mitigar así su tristeza y amargura. El rey Iadava era muy curioso de
modo que no pudo contener el deseo de aprender este nuevo juego que no era otro
que el juego del ajedrez.
Sessa explicó al rey y a sus
cortesanos en qué consistía el juego y las reglas esenciales para poder
jugarlo. Las piezas pequeñas, los peones, representan la infantería que avanza
hacia el enemigo. Secundan a éstos, los elefantes de guerra (las torres), la
caballería que pueden saltar por encima de otras piezas y los dos visires del
rey (los alfiles) que son dos guerreros llenos de nobleza y de prestigio. El
rey quiso saber por qué la reina estaba dotada de amplios movimientos y era más
poderosa y más eficiente que las otras piezas, incluido el rey. Le explicó Sessa que la reina representaba el
espíritu del pueblo y que es allí donde reside la fuerza del trono. La pieza
que representa al rey es débil si se encuentra aislada pero es muy poderosa si
está amparada por las demás piezas del juego.
Al cabo de pocas horas, el rey era un
experto jugador de ajedrez y lograba vencer a sus ministros y colaboradores. En
un momento dado, en pleno juego, el rey observó con gran sorpresa que la
posición de las piezas parecía reproducir la batalla final en la que su hijo
había caído. El inteligente brahmán le hizo observar que, para ganar esa
partida, era indispensable sacrificar al alfil (al gran visir) y que ello, a
veces, es lo que debe ocurrir fatalmente, para asegurar la paz y felicidad del
pueblo.
El rey Iadava comprendió la lección y
dijo que no creía que el ingenio humano pudiera producir otro juego tan
interesante e instructivo como el ajedrez. En recompensa, le dijo a Sessa, que pidiera
lo que deseara, dentro de lo que él podía darle, ya que le sería concedido.
Sessa agradeció la generosidad del rey pero dijo que le alcanzaba con la
satisfacción que le daba saber que el ajedrez aliviaría las horas de tristeza y
melancolía que al rey solían perturbar. Dijo el rey sorprendido, que la
modestia, cuando es excesiva, no es virtud. Entonces, Sessa quiso darle al rey
Iadava una última lección. No deseo, poderoso rey, ni oro, ni tierras, ni
palacios. Deseo mi recompensa en granos de trigo. Poniendo el tablero de
ajedrez en el medio del recinto, dijo: me darás un grano de trigo para la
primera casilla del tablero, dos para la segunda, cuatro para la tercera, ocho
para la cuarta y así, duplicando la
cantidad de granos hasta llegar a la última de las 64 casillas del tablero. Todos
los miembros de la corte se rieron junto con el rey por lo exiguo del pedido de
Sessa. Eres un insensato dijo el rey por pedir recompensa tan ridícula. Mandó
el rey a calcular la cantidad de granos que debía darle a Sessa en recompensa.
Al cabo de unas horas vinieron los contadores y algebristas de la corte con
caras de preocupación.
Rey Iadava, calculamos el número de
granos de trigo y obtuvimos un número inconcebible para la imaginación humana.
Sembrados todos los campos de la India, no darían ni en 2 mil siglos la
cantidad de trigo requerida. El número de granos es
18.
446.744.073.709.551.615 granos
Esta cantidad de granos es enorme.
Equivale a 9 billones de toneladas de trigo. Se acabaría el problema del precio
del pan por muchos siglos…
Concluyó Sessa que desagraciado es el
gobernante que no es capaz de dimensionar el alcance de sus promesas. Le daba
así al rey Iadava una última lección de humildad.
Esta historia la leí por primera vez en el hermoso libro El Hombre que calculaba de un escritor brasileño que firma con el seudónimo Malba Tahan.
Un experimento y una leyenda me han
servido para explicar qué es el crecimiento exponencial. Pero no quiero dejar
afuera la vida real. Quiero contarles brevemente la relación que hay entre la exponencial
y los terremotos. ¿Cómo hacen los expertos en sismos para medir su intensidad?
La forma más extendida a nivel de los
medios es la escala de Richter, creada por este geólogo y un colega en 1935. Es
una escala arbitraria que asigna un número para cuantificar la energía liberada
por un terremoto y fue diseñada en función del tipo de sismómetro usado por
aquel entonces. Por las limitaciones tecnológicas de ese sismómetro, la escala
de Richter no permite medir correctamente temblores que superen los 6,8. Por
ello, en 1975, se ha modificado esta escala por otra llamada de momento sísmico y que tiene la gran
ventaja que coincide con la escala de Richter cuando la magnitud está por
debajo de 6,8 y puede medir magnitudes mayores. De modo que cuando en los medios
de comunicación escuchamos que un terremoto ha sido de magnitud 7 u 8 en la
escala de Richter no es correcto. Se está usando la escala de momento sísmico.
La relación que tienen estas escalas
con la exponencial es que en sus fórmulas aparece un logaritmo (Analía acaba de
poner cara de que nos estamos quedando sin oyentes al usar esa palabra…) Trataré de explicar brevemente esta palabra
terrible. Aunque no se pueda creer, los logaritmos fueron creados para
facilitar las cuentas por John Napier (Neper) alrededor del 1600. El logaritmo
convierte productos en sumas y divisiones en restas y cuando no existían las
calculadoras estas cuentas eran muy penosas cuando había que efectuarlas
sistemáticamente. El astrónomo Kepler, contemporáneo de Neper, hizo un buen uso
de ellos. Luego, con la revolución industrial y hasta el advenimiento de las computadoras,
los logaritmos jugaron un rol esencial en los cálculos. Hoy cumplen otras
funciones importantes en la ciencia como esta que les cuento. El logaritmo, es
la operación inversa de la exponencial. Es decir, al crecimiento descomunal de
la exponencial ilustrado en el cuento del ajedrez, se contrapone un crecimiento
lentísimo del logaritmo.
El logaritmo de un número, dicho
rápidamente, cuenta la cantidad de ceros del número. Por ejemplo, el logaritmo
de 100 es 2 porque 100 tiene dos ceros, el logaritmo de 1000 es 3. El logaritmo
de 500 estará pues entre 2 y 3. El logaritmo de 1 millón es 6. Observemos que
para pasar de 3 a
6 con el logaritmo tuvimos que pasar de 1000 a 1 millón. Allí se ve lo del crecimiento
lento.
Por ejemplo, si la energía liberada
por un terremoto la asimilamos con la cantidad de TNT (parecida a la dinamita)
tenemos las siguientes equivalencias:
Escala Richter TNT Referencia
1,0 170 g Pequeña explosión en
un sitio en construcción.
2,0 910 g Bomba convencional. Segunda guerra.
3,0 181 kg Planta
de gas
4,0 6 ton Bomba atómica
5,0 200 ton
6,0 1270
ton Terremoto de
Oxaca 2012 (México)
7,0 200 mil ton Terremoto de Pto Príncipe 2010
– Haití
8,0 10 mill ton Terremoto de Pisco 2007
– Perú
9,0 240 mill ton Japón 2011
El Desafío de hoy
Le voy a proponer a Analía un negocio
y los oyentes tendrán que decirnos si mi propuesta es una ingenuidad de mi
parte o bien, es una estafa.
La propuesta es la siguiente: nos intercambiamos
nuestras cbu bancarias y desde el lunes yo le depositaré cada día, durante 20
días hábiles, 100 mil pesos cada día.
Hasta aquí parece muy atractivo para Analía aceptar el negocio. A
cambio, Analía, depositará en mi cuenta el primer día, 2 pesos, el segundo día,
4 pesos, el tercer día, 8 pesos y así hasta el día 20, duplicando cada vez el
depósito con respecto al día hábil anterior.
El desafío pues, es saber quién de
los dos, hará un buen negocio con esta propuesta que le hago a Analía y que estamos
ya firmando ante escribano.
Hasta la próxima.
Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarEstoy tratando de buscar un medio para comunicarme con Ud para invitarlo a dar una Cátedra Libre en el Instituto Superior donde trabajo. Mi mail es andreavilar@hotmail.com.
Mis alumnos lo conocen y lo siguen en los talleres que dictan con Carolina en la REM, ojalá podamos contactarlo y traerlo!!!!
Desde ya muchas gracias!!